24 diciembre 2007

Médico atraído por la garompa del paciente.

El jefe de cirugía general de una prestigiosa clínica de Estados Unidos se expone a ser suspendido en la profesión por presuntamente haber fotografiado el pene de un paciente al que operaba bajo los efectos de anestesia general.

La acusación implica al Dr. Adam Hansen de la Clínica Mayo de Scottsdale, en Arizona, en cuyo plantel figuran varios profesionales galardonados con el Premio Nobel por sus aportes al campo de la medicina.

La víctima de la supuesta ignominia es Sean Dubowik, de 37 años, propietario de un club de strip-tease, quien era sometido a una intervención quirúrgica a su vesícula biliar.

El delator, un miembro anónimo del equipo de cirugía que reveló el episodio al diario local Arizona Republic, que no dudó un momento en hacerlo público con lujos de detalle.

Según la historia relatada por el periódico, el Dr. Hansen se sintió fuertemente atraído por un tatuaje que lucía el pene de su paciente en momentos en que introducía un catéter exploratorio durante la operación.

La inscripción en la epidermis fálica de las palabras "Hot Rod" (vara caliente) tentó la curiosidad del médico a tal punto que -siempre a decir del delator anónimo- recurrió a su teléfono celular para fotografiar el miembro de su paciente dormido.

Dubowik denunció que el mismo día que apareció publicado el artículo "recibí un extraño llamado telefónico de la Clínica Mayo. Me dijeron que Hansen estaba en la línea y me explicaría".

Añadió que durante esa conversación telefónica, el cirujano le confesó todo lo ocurrido.

"Ahora me siento violado, traicionado y asqueado", agregó el paciente quien por su parte confesó haber pagado US$1.000 por su tatuaje.

Penando espera

La portavoz de la Clínica Mayo, Lynn Closway informó que el Dr. Hansen se encuentra con licencia administrativa hasta tanto la institución tome una resolución final tras una audiencia disciplinaria la semana próxima.

"Es una situación compleja y la primera vez que ocurre un incidente de esta naturaleza", expresó al tiempo de explicar que los directivos investigan tanto la fotografía como la filtración de los hechos a la prensa. No dio detalles si también esto incluye al nefasto tatuaje.

"Ambos casos representan violaciones serias no sólo a nuestra política institucional sino también a la confianza sagrada que tienen los pacientes hacia la Clínica Mayo por la protección de sus derechos a la privacidad y a la dignidad", dice un comunicado firmado por el director ejecutivo, Denis Cortese.

"El insulto a nuestra reputación, nuestros pacientes y nuestro equipo médico es de una magnitud escandalosa", agrega y asegura que se hará todo lo posible para corregir cualquier mala práctica en la que se pudiera haber incurrido en este caso.