*Por Marcelo Baffa
Vélez Sarsfield es un justo campeón, sin lugar a dudas. Es la constante de un club bien manejado, ordenado económicamente y con un plantel estable. Ayer fue más que Huracán en el trámite, en este partido que duró aproximadamente 3 horas (contando granizo, descuento de minutos y otras yerbas).
Un párrafo aparte para Gabriel Brazenas y para Casas, uno de sus asistentes: flojísima labor de ambos, demostrando que el arbitraje argentino está pasando por uno de sus peores momentos. Hubo 3 jugadas claves que pudieron haber torcido el rumbo del partido. La primera a los 8 minutos cuando Eduardo Domínguez cabeceó perfectamente habilitado y marcó el 1 a 0 pero el asistente Casas levantó la bandera y anuló la jugada. En el segundo tiempo, Carlos Arano le fue con los tapones de punta a Fabián Cubero dentro del área. Era penal para Vélez y expulsión de Arano, pero Brazenas no se dio por enterado. Y faltando 7 para el final, Joaquín Larrivey cargó ilícitamente contra el arquero Monzón quien quedó en el piso inmovilizado, y Maximiliano Moralez aprovechó el rebote y puso el 1 a 0 que selló el campeonato para los de Liniers. A eso hay que sumarle que Moralez que ya estaba amonestado, se sacó la camiseta en pleno festejo y Brazenas no se dio cuenta, aunque finalmente lo expulsó a instancias del asistente Casas, el mismo que anuló el gol de Huracán en la primera etapa.
Nadie cuestiona el título de Vélez ni la legitimidad del título conseguido, pero estos fallos empañaron la consagración.
Párrafo aparte para Vélez institución y en este caso con un llamado de atención grande para uno de sus dirigentes: lamentable la actitud de Bernardo Becker, su gerente, quien en los últimos minutos escondió varios balones en el banco de suplentes, lo que provocó la ira de Angel Cappa y la desorganización en los vestuarios luego del partido, con más particulares que periodistas. Y también tarjeta roja al estado del campo de juego. Que lejos quedó aquel "billar" obra de Lelo García.
Para terminar, bien los dos entrenadores. Ricardo Gareca por festejar moderadamente y felicitar a los rivales y Angel Cappa quien cuestionó la labor de Brazenas, declaró que los jueces son seres humanos y se equivocan, cuando pudo haber declarado cualquier barbaridad, producto de la calentura de haber perdido un campeonato.
En síntesis, ¡Salud Vélez, merecido campeón del Clausura!