Por Diego Durruty / Revista Corsa
La definición del título de 2009 del Turismo Carretera será recordada por mucho tiempo por su emotividad. Cuando parecía que José María López (Torino) iba a quedarse con el título, una mancha de aceite en Salotto lo dejó con las ganas. El cordobés, que venía tercero, vio desde el costado de la pista como Emanuel Moriatis (Ford) se quedó con toda la gloria.
La carrera ganó en emotividad en la parte final. Pechito venía sexto y cómodo. Con ese resultado ya se quedaba con el cetro, pero empezó a ganar posiciones. Primero por el despiste de Norberto Fontana (Dodge) tras un roce con Moriatis. Después por los abandonos de Diego Aventin (Ford), que también luchaba por la corona, y Matías Rossi (Chevrolet).
El piloto del HAZ Racing Team estaba tercero cuando en la vuelta 19 una mancha de aceite en Salotto complicó a los líderes. Jonatan Castellano (Dodge) y Moriatis hicieron la parte final del curvón de costado. El de Lobería quedó enterrado en la tierra arada; mientras que el de Lanús tuvo la suerte de ir por el pasto del sector interno. Atrás, Pechito no pudo controlar su auto y también quedó a un costado. En ese momento, la tribuna de Ford estalló en un grito de euforia. No era para menos…
Hubo neutralización y emotividad en las vueltas finales, en las que Moriatis fue seguido por Guillermo Ortelli (Chevrolet) y Juan Manuel Silva (Ford). En el box del HAZ Racing Team había decepción después de perder lo que parecía tenían en el bolsillo. En el box de SFP Racing de Mariano Altuna, la expectativa hasta que el Monito abandonó por problemas de transmisión. En el box del Lincoln Sport Group, la lógica euforia por lograr algo que parecía inalcanzable.
La bandera de cuadros le dio a Emanuel Moriatis ese título que tantas veces soñó. “No caigo”, dijo en el podio. Lógico, cómo va a caer después de semejante definición…
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