Robert Harrison vive en el norte de Inglaterra, tiene 38 años y le acaba de mojar la oreja con dos mangos (gastó 570 euros) a la Nasa. Con una cámara digital común colocada a un globo de helio logró espectaculares imágenes de la Tierra. El tipo tenía objetivos menos ambiciosos: tomar fotos aéreas de su casa.
El globo alcanzó unos 33 km por sobre el nivel del mar, altura en la que explotó y la caja con la cámara se precipitaron a tierra. Luego, gracias a un dispositivo pudo ser localizada.
Mirá el video de la cadena Sky (en inglés)