07 agosto 2012

De ciruja a cirujano

De familia muy humilde se propuso ser médico y lo logró. Juntó cartones, recolectó flores y copió a mano los cuatro tomos del Tratado de Anatomía Humana. Esta semana realizó su operación número cinco mil en el Hospital San Juan de Dios.






José Como Birche tiene 52 años y pasó la mitad de su vida en el hospital provincial San Juan de Dios, en La Plata. Es cardiólogo, jefe del servicio de Cirugía Cardiovascular y un hombre que hizo de todo para hacer lo que ama: reparar corazones. Esta semana llegó a la cirugía número cinco mil de su carrera en el sistema de salud público, lo que lo convierte en uno de los médicos con más intervenciones realizadas en un hospital provincial. Antes de entrar como pasante su vida no fue fácil: en ese centro asistencial fue cartonero, recolector de flores, jardinero, y copió a mano los libros que tenía que estudiar. 

Actualmente los números de Como Birche en relación a las cirugías cardiacas son apabullantes: cinco mil dirigidas por él mismo en el San Juan de Dios; 15 mil en total en toda su carrera; 250 cirugías centrales por año (a corazón abierto). Al cumplir este nuevo hito en su carrera, su historia fue difundida por el Ministerio de Salud boanarense.

“La primera cirugía que vi fue una cirugía cardíaca. Tenía 19 años. No me impresionó, me fascinó”, recuerda el cirujano. 

En esa época le tocó vivir uno de los momentos más duros, cuando una mañana encontró a su padre muerto en la cama. El corazón le había dejado de funcionar. El médico no supo qué le había pasado, pero los años de estudio y de ejercicio se lo dijeron más tarde: para seguir viviendo el corazón de su padre necesitaba un marca pasos que nunca le pusieron. 

En toda su carrera Como Birche puso cientos y cientos de marcapasos, una de las intervenciones más sencillas, de esas que los cirujanos que recién empiezan hacen para ganar seguridad en el oficio de los corazones. Hoy dice que esa ironía del destino fue la que lo llevó a elegir este oficio. 

Hace ocho años que es jefe del servicio de Cirugía Cardiovascular del San Juan de Dios, el centro público que más operaciones cardiavosculares realiza en toda la Provincia, con un promedio anual de 500 intervenciones de alto riesgo. En este hospital provincial el 95 por ciento de las intervenciones son cardiacas, es decir centrales: del corazón o aorta ascendente. 

Una carrera sufrida

La carrera de medicina en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) le costó el triple que a sus compañeros por una simple razón: era pobre. No importaron todas las piedras en el camino. Desde la primera cirugía cardiaca que presenció se sintió tan fascinado que no pudo dejar de hacerlo. 

Tuvo que hacer tres veces el ingreso a la facultad. Eran épocas de dictadura en el país y sólo se daban 250 vacantes por año. José tenía un promedio de 9,70, pero sólo logró entrar con la vuelta de la democracia. 

Trabajaba en una fábrica desde los 15 años. Los nuevos horarios salteados de la carrera universitaria no le permitieron seguir con ese trabajo y su padre había muerto. Su madre era una mujer pobre con otros cuatro hijos que criar en Villa Elisa, y José entendió que para recibirse debía sacrificarse. 

“Cuando entré todo fue muy dificultoso porque no tenía recursos y entonces hacía lo que podía: copiaba libros que me prestaban en la biblioteca. Me copié a mano los cuatro tomos del Tratado de Anatomía Humana de L. Testut”, recuerda con una sonrisa como de buenos tiempos. Los cuatro tomos son exactamente 4.339 páginas. 

“Me tuve que adaptar a todas las circunstancias para poder seguir adelante”, explica el cirujano que en los ratos libres de su vida de estudiante se dedicaba al cartoneo con un amigo. Para él, cartonear era una más de todas las changas que hacía para poder continuar con su carrera. El cirujano era ciruja, y vendía cartones a una cartonera platense, recolectaba flores en los campos de floricultura en las afueras de La Plata, cortaba el césped en su barrio los domingos. 

Fue entonces, en medio de todo ese esfuerzo, que Como Birche llegó al hospital provincial San Juan de Dios. “Cuando ingresé fue un alivio porque ya tenía un sueldo y principalmente el apoyo de la gente. Todavía vivía con mi mamá. Me prestaban libros, estaba en un ambiente médico y la gente era macanuda conmigo”, dice hoy el cirujano que se quedó para siempre en el hospital y que define el servicio de cirugía cardiovascular como “mi casa”. 

Su carrera lo llevó a recibir el elogio del ministro de Salud, Alejandro Collia: “Es un orgullo encontrar profesionales así, tan dedicados a su trabajo, con amor por sus pacientes y su profesión”. Y agregó: “en nuestra gestión prestamos atención a nuestros médicos y en este reconocimiento al doctor Como Birche está también mi reconocimiento para todos los que elegimos la medicina como una forma de vida, más allá de las dificultades en el camino”. 

Fuente: Diagonales.com

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